Consiste en gestionar las variaciones en el campo con precisión para aumentar la producción, utilizando menos recursos y reduciendo los costos de producción.
“Existen empresas especializadas en el procesamiento de imágenes satelitales. Extraen y analizan esta información dependiendo de las necesidades del cliente. Por ejemplo, son de utilidad para temas de medición de contaminación, turismo, etc.”
En el campo de la agricultura, el trabajo con satélites permite tomar imágenes de cualquier lugar, pero tienen la limitación de la resolución (píxeles de 50×50 cm) al momento de los acercamientos. Entonces es cuando se abren al uso de la tecnología de los drones.
“Se usan drones profesionales. Con ellos se obtienen imágenes con una mejor resolución (píxeles de hasta 5×5 cm), dependiendo de la altura del vuelo. En la agricultura de precisión esto es clave, porque si con la imagen satelital podías ver un grupo de, por ejemplo, árboles ahora se puede ver hasta el más mínimo detalle”.
Y eso no es todo. Gracias al empleo de cámaras infrarrojas en los drones, pueden hacer una detección de los niveles de clorofila en las plantaciones y determinar exactamente las zonas en las que se presentan problemas. “Se hace una especie de radiografía de la vegetación. Estas imágenes nos permiten ver si hay algún tipo de estrés hídrico, presencia de plagas, falta de fertilizante, etc”.
Ventajas y desventajas
Más que reemplazarse, son tecnologías que se complementan. El satélite tiene como ventaja que puede registrar grandes extensiones de terreno y que no es necesario la presencia física en el lugar, ya que de manera remota se programa las zonas en las que tendrá que hacer su labor. Como desventaja, debido a la altura en la que se encuentra (entre 600 km y 800 km de la Tierra) hay zonas en las que hay nubes u otros elementos que no permiten tener una imagen limpia. Además, esta tecnología tiene un mayor costo.
En el caso de los drones, las imágenes se pueden tomar prácticamente desde cualquier lugar. Si se usan herramientas profesionales, el usuario puede programar cuál será la ruta al dron y cubrir, por ejemplo, hasta 500 hectáreas en un día de trabajo con una precisión de 5 cm. Además, el procesamiento de la información solo toma unas horas. Una desventaja es que se tiene que estar físicamente en el lugar donde se hará la toma de imágenes.
Lo que se viene…
Más allá del tema de las herramientas que hoy utilizan para la captura de imágenes, la nueva tecnología que está entrando es el procesamiento de la información de manera que sea de real utilidad para sus clientes y que les sirvan para tomar las decisiones más adecuadas.
Ahora se utilizan drones de ala fija, que tienen una autonomía de 45 minutos, y que permiten preprogramar su recorrido mediante un software. Además, usan cuadricópteros, que permiten mediciones más precisas y cuyo recorrido es controlado gracias a un joystick.
Se esta empezado a hacer pruebas para lograr imágenes de realidad virtual. Ya se están adaptado a los drones cámaras de 360 grados, para procesar la información en visores de realidad virtual y el cliente pueda tener otra experiencia. Asimismo, estamos haciendo grabaciones en 4K para tener imágenes mucho más detalladas y con mejor resolución.